El
protocolo HTTP es el que da vida a Internet, y gracias al cual, los clientes y
servidores se pueden comunicar.
El
lector, si tiene experiencia en el campo de protocolos, puede pensar que esta
es la parte más compleja del Web. Pues bien, este protocolo se diseño con la
sencillez en mente, por lo que es de lo más trivial.
Siento
un poco más estrictos, el funcionamiento del protocolo es:
El
cliente envía una petición al servidor. Dicha petición está compuesta por un
método a invocar en el servidor (URI) y una versión del protocolo, seguida por
un mensaje compatible con MIME con los parámetros de la petición, información
del cliente, y un cuerpo opcional con más datos para el servidor. Un ejemplo
es:
GET /index.html HTTP/1.0
·
Accept:
text/plain
·
Accept:
text/html
·
Accept:
*/*
·
User-Agent: Un Agente de Usuario Cualquiera
El
servidor responde con una línea de estado, incluyendo la versión del protocolo
del mensaje y si la petición tuvo éxito o fracaso, con un código de resultado,
seguido de un mensaje compatible con MIME con información del servidor,
metainformación (datos a cerca de la información) de la entidad solicitada y un
cuerpo opcional con la entidad solicitada. Un ejemplo es:
·
HTTP/1.0
200 OK
·
Server:
MDMA/0.1
·
MIME-version:
1.0
·
Content-type:
text/html
·
Last-Modified:
Thu Jul 7 00:25:33 1994
·
Content-Length:
2003
·
<title>Página
de web del IEEE de Madrid<title>
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Proyectos desarrollados en Internet <h2>
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<hr>
Pero
como todo en el Web, este protocolo (versión 1.1) ya es mucho más potente que
en su versión original, y como luego veremos, en total hay ya trece métodos
diferentes, además de un conjunto de características nuevas como por ejemplo,
el tiempo tras el cual el cliente debe volver a recargar la página.
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